9/28/2005

1ª Conferencia de Carlos Castaneda

Seminario de WESTWOOD, Agosto 1996



Acerca del tema del seminario: la tensegridad es la versión moderna de los pases mágicos que descubrieron los chamanes del antiguo México. Esos pases se remontan a una antigüedad de entre 7.000 y 10.000 años atrás. Los cazadores del nuevo mundo se habían desarrollado y habían conseguido una nueva forma de percibir. Esa forma de percibir se contrapone a lo que nosotros hacemos. Nosotros catalogamos, taxonomizamos, desde pequeños enseñamos a los niños a clasificar. Esa es nuestra forma de conocer, clasificar.

Pero eso ocurre ahora, hace 10.000 años el hombre estaba completamente interesado en la capacidad de ver energía directamente, sin interpretación. De hecho nosotros hacemos eso, ver energía en bruto, pero la interpretamos. Realizamos una sofisticada maniobra de interpretación. Transformamos la energía en esto que vemos pero no somos conscientes de ello, de la maniobra, porque lo hacemos así desde que éramos niños y ahora ni siquiera concebimos la posibilidad de estar viendo energía y estar obrando sobre ella.

No es que los brujos vean energía directamente todo el día, eso sólo ocurre en ciertos momentos de los que ellos toman los dictados que deben guiar el camino. De los momentos en que ven el flujo de energía, los brujos leen cuáles son los dictados de él adaptándolos y adaptándose a ellos.

Los pases mágicos son movimientos que fueron heredados por don Juan de gente que actuaba de un modo muy sofisticado. Estos pases permiten al cuerpo ser fuerte y ser fuerte significa encontrarse vital, no ser joven. Él me decía que la juventud se desperdicia en los jóvenes. Esos pases hacían que don Juan caminase como una cabra por los montes. Previenen las enfermedades de la vejez.

Aquí explicó la historia de un amigo que tomaba píldoras (pretendía ejemplificar cómo ponemos un gran poder sobre las píldoras): aquel amigo suyo tomaba píldoras para controlar la presión sanguínea, pero a cambio le salían pelos en la nariz. Claro, su amigo estaba preocupado por ello pero continuaba tomando esas píldoras.

Los pases mágicos detienen ese tipo de cosas, nos hacen ser deliberadamente conscientes. Lo que hacen los chamanes es manejarse de un modo deliberado, traen deliberadamente el ver la energía y ven a los seres humanos como huevos luminosos.

Antes los seres humanos tenían otra configuración energética, sus huevos luminosos tenían otra forma. Ahora somos círculos luminosos como las jaulas de los pájaros, con un corte plano por debajo y un punto de brillo más intenso atrás en la espalda: el punto de encaje.

El conocimiento

En la universidad taxonomizamos y hablamos de cosas maravillosas pero siempre son cosas que no afectan nuestras vidas. Frente al vacío que eso crea, el de hablar y actuar de un modo que en nada afecta nuestra existencia real, los brujos son seres que cuando hacen algo lo hacen porque saben que eso va a cambiar sus vidas: cuando un brujo hace algo es porque sabe que eso va a cambiar su vida. Un chamán no tiene tiempo que perder en cosas que no van a modificar su existencia.
La psicología infantil hace un terrible esfuerzo, muy detallado, para socializar al niño. Le enseña como ser adepto de esta sociedad. El proceso de la socialización es algo muy sofisticado, absorbe la totalidad del ser en una única posibilidad. Es una maniobra muy compleja de desactivar.
Los científicos se plantean: ¿cómo vive un árbol? ¿De qué se alimenta? ¿Qué cosas le afectan? ... bien, y todo eso. Pero no se plantean jamás cómo llegamos al proceso de ver un árbol. El árbol no es un árbol, es energía que interpretamos como árbol. Pero para los científicos no hay nada anterior a esa visión. ¿Son ingenuos o tontos? Lo evidente es que ignoran todo el proceso que hay hasta llegar a ver ese árbol.
Punto de encaje y cuerpo energético
El punto de encaje es un punto de brillantez que durante el sueño se desplaza, es por eso que los sueños son una compuerta hacia la ampliación de los márgenes de la percepción ordinaria. Los videntes del antiguo México de quienes estamos hablando, en el proceso de desplazar el punto de encaje en sus sueños, llegaron a estados inigualables de lucidez. Lo que lograron después fue trasladar esos estados de lucidez del ensueño al mundo ordinario mediante los pases mágicos.
Los brujos ven que en el huevo luminoso hay varios centros de tremenda energía:

  • el hígado
  • el páncreas
  • las suprarrenales
  • la matriz (en la mujer)
  • el punto V, detrás de la glándula tiroides

Lo que sucede es que el desgaste de la vida diaria desplaza la energía de esos centros a los bordes del huevo luminoso. Eso nos ha estado ocurriendo durante años y ha generado una costra energética: tenemos la mayor parte de nuestra energía solidificada en los bordes de ese conglomerado de campos energéticos – huevo luminoso -. Los pases mágicos actúan como reorganizadores de esa energía: primero sacudimos el cascarón para diluir la costra y después la energía retorna por sí sola a sus centros vitales. Es muy importante la idea de sacudir las paredes del huevo luminoso para desprender la energía que está ahí clavada. Sin ella jamás podremos navegar porque esa es la energía que va a provocar en nosotros el cambio.

Navegantes en el mar de lo desconocido

Los chamanes, lo brujos, son seres muy pragmáticos, seres altamente sofisticados y pragmáticos que en absoluto son idealistas. En cambio nosotros somos totalmente idealistas: la idea de curar, la idea de ayudarnos a avanzar, de ayudar a los demás, la intención de pretender cambiar a todo el mundo... todo eso son idealidades. Eso es la mente del volador.
Detrás de todo cuanto hacemos, está nuestro YO personal. También existe otro tipo de YO, más tímido, que dice yo en bajito, encerrado en el armario. Pero, uno y otro, no dejan de ser YOOOO...
Aquí explicó la historia de las brujas demoníacas, aquellas chicas de la universidad que lo querían embrujar durante una clase magistral que él impartía. Ellas esperaban que él gesticulara de determinado modo para comprobar que su brujería había funcionado. Un alumno le fue a "prevenir", y él para reírse de ellas pasó toda la clase gesticulando de aquel modo que ellas esperaban. "Estoy embrujado, uhhhh..."
Don Juan me solía decir: " no hay nada que te puedan hacer porque son egomaníacos y están tan ocupados en su YO que no pueden afectar a nadie". Las personas que se consideran embrujadas lo que están haciendo es reclamando atención, están gritando YOOOO...!
Nadie puede afectar a nadie y cuando aquellos que podrían hacerlo disponen de ese poder, ya no están enteresados en ello; para cuando los brujos tienen el poder de afectar a los demás ya no les interesa. Yo no estoy interesado en robar la energía de nadie, no estoy interesado en los demás. Sólo me interesa el infinito; sin el infinito no hay nada. Don Juan me decía: "tengo citas diarias con el infinito, ahí un hombre sólo puede ir con pureza. No me vendo". Para afrontar el infinito debemos dejar de llevar siempre colgando esa etiqueta con nuestro precio.
Estábamos de viaje y éste ha sido interrumpido por el orden social. Ese orden lo único que nos entrega a cambio son placeres seniles como ir de pesca con una autocaravana cuando nos jubilemos: cruzaremos el país aburridos, añorando los felices días en que trabajábamos para aquel jefe hijo de puta al que amaremos diciendo: "me amargó la vida pero lo amo". No, no, no. Ni hay ni habrá nada excitante de verdad al menos que actuemos de acuerdo a nuestra cita final: la muerte.
Cuando don Juan me hablaba de la muerte yo le decía: "por favor, don Juan, no me hable de la muerte, hábleme de algo más positivo y excitante". Pero no hay nada más positivo, excitante y certero que la idea de que vamos a morir para hacernos remover y actuar de modo consecuente con nuestra realidad.

Lectores del Infinito

Ese es el tema del seminario, los lectores del infinito, porque eso es lo que los chamanes hacen: leer energía en el horizonte, el horizonte se puede leer. Para conseguir eso hay que ir más allá de lo racional, debemos transcender a nuestra propia mente e ir directamente a la fuente que somos. Debemos alcanzar nuestro cuerpo energético. Eso me dijo don Juan.
La 1ª serie de pases mágicos de la serie Westwood es para activar el centro de decisiones que se encuentra en el punto V. Es un filtro que jamás debemos tocar ya que facilita la toma de decisiones. Realmente tenemos una gran incapacidad para tomar decisiones, nos cuesta decidir; siempre nos contradecimos y evitamos decidir por miedo a perder todo lo que tenemos invertido: Tememos decidir porque somos inversionistas.
Sólo alguien que invierte su yo personal tiene miedo a perder: Sin YO no hay miedo ni se pierde nada. De hecho ya está todo perdido, lo que venga es de más.
Además de esa serie para el punto V, la serie de Westwood costa de otras tres, cada una enfocada a un aspecto concreto de esa realidad de la fuerza aglutinadora que hace que los campos energéticos se mantengan juntos: la de la recapitulación, la del ensueño, la del silencio interior.
Esa gran fuerza aglutinadora hace que estos cinco campos energéticos se mantengan unidos: toma de decisiones, recapitulación, tensegridad, ensueño y silencio interior.

La espiritualidad

La mayoría de nosotros somos expertos en cualquier tipo de actividad espiritual como el yoga, el tai-chi, el chi-kung, etc... pero todo eso sigue siendo YOOOO... Se debe llegar a suspender los juicios y eso pasa por suspender la espiritualidad. Debemos ser prácticos, la espiritualidad sigue siendo la mente del volador.
Los brujos son seres prácticos, los brujos son seres prácticos, los brujos son seres prácticos.
De esto los franceses saben poco, ellos son muy difíciles, son los expertos del hablar.
Lo científico
Se debe experimentar lo que los chamanes dicen, uno debe probárselo a su cuerpo. Pero es necesario prescindir de la mente, es una mentirosa. Analiza y analiza y al final esos análisis no nos dan resultado, todo son palabras. ¡Pero, pucha, qué lindo hablar de eso!